Son todo lo que necesito. Como 20 paquetes de yummys, varias viboritas sour, mucha música (swing y ahora algo nuevo: el twee o algo así) y algunas películas después, finalmente doy mis primeros pasos y comienzo a estar cómodo conmigo y empiezo a sentirme más... en control de mi confusión. Kerouac dijo "no tengo nada que ofrecerle a nadie salvo mi propia confusión". Y no dudo que ese sea mi caso. Es que no se lo que quiero, o lo quiero todo, al mismo tiempo.
Puedo dormir solo, mi cama grande no me asusta.. mucho. Entre otras pequeñas cosas que se me han hecho difíciles estas primeras semanas. Volver a los libros, a las películas, a escribir y cocinar, cocinar y cocinar acaparan mi lista y de a poco vuelvo al ritmo que me gusta y vuelvo a limpiar y mi hogar vuelve a estar como me gusta.
Encontré que no hay nada más lindo que mirar desde donde puedas el cielo de una noche calurosa mientras Si tu vois ma mère o i'll see you in my dreams suena en mi cabeza, aveces lo acompaño con Jack Daniels, pero admito que no es un buen camino que seguir. De cualquier manera, al hacerlo (escuchar esa música mientras vuelco mi cabeza hacia el cielo) se me dibuja una sonrisa que me dura lo suficiente como para dormir tranquilo.
Se que no es lo mismo que Manhattan o Paris, pero espero con ansias caminar errante por Buenos Aires una vez más, observar a la gente mientras voy en el barco, leer un poco, tomar alguna foto y sentarme con la mirada perdida hacia el mar, esperando también conocer La Plata y ver finalmente a Pearl Jam en vivo.
Me falto cohesión en esto, pero quizás sea algo bueno.
En mi mundo lo llamo "equilibrio".
ReplyDelete